Corría el día 18 de diciembre del año 2015 de nuestro Señor en el Fuencisla, cuando al poner los pies en el suelo por la mañana ni yo mismo imaginaba la conjunción de acontecimientos que iban a sucederse.

Primeramente llamome el coordinador de profes para decirme que esa tarde acompañaríame nuestra compañera Sandra en la clase. Algo más tarde, recibí otra llamada que anunciome que ese día sería jornada de puertas abiertas y que, a mitad de la clase, aparecerían los padres para que los niños exhibiéranles y explicáranles sus creaciones.

Dadas las fechas prenavideñas en qué nos encontrábamos, teníamos que tener bastante avanzado el Scratch-Christma pero…no era así. Así que, llegado a las 15:40 al cole, informé a la infantería de la peliaguda situación. Teníamos que dar todos lo mejor de nosotros mismos para, en media hora, alcanzar el objetivo previsto. Pregunteles si estabán dispuestos para emprender tan dura tarea y, todos ellos al unísono dijéronme aquello de: «¡¡¡SEÑOR, SÍ SEÑOR!!!. A renglón seguido, todos en fila, dirigímonos a la sala de ordenadores donde, sentado en el lugar reservado al líder, empecé a transmitir las órdenes pertinentes. Órdenes, cuya ejecución, mi lugarteniente Sandra comprobaba fueran correctamente implementadas.

Aquello marchaba…La extraordinaria disciplina de la tropa hacía que surgieran infinidad de paisajes nevados en los odenadores. Repentinamente, desatáronse tremendas ventiscas que, presas del bucle «por siempre» del scratch, no cesaban de procurarnos nieve en ingentes cantidades. Tanta nieve había que pudimos preparar impresionantes muñecos  interactivos, que aparecían y desaparecían mágicamente cuando tocábamos su nariz «zanahoriesca».

¡Albricias!. Los árboles de Navidad estabán ya allí, con sus luces intermitentes y sus bolas. Ocurrióseme entonces comprobar la hora… ¡¡LAS 16:30!!…¡¡¡¡¡¡CORRED INSENSATOS!!!!!! -exclamé y mi lugarteniente repitió-

Los equipos continuaron con su trabajo más rápido si cabe, pero sus padres no aparecían. ¡¡APROVECHEMOS LA CIRCUNSTANCIA!! -exclamé- ¡¡MÁS MADERA!! -dijo Sandra- ¡¡NO HAY DOLOR!! -repetía incansable la chavalería-

16:45… Sólo nos faltaba la estrella de Navidad y el letrero de Feliz Año 2016 cuando, de repente… ¡¡¡¡¡¡¡SE FUÉ LA LUZ DE TODO EL EDIFICIO!!!!!!! … y con ella todos los Scratch-Christmas pues nadie caímos en guardarlos….

Por un momento quedé en estado de shock, pero había que reponerse del duro golpe. La moral de la tropa empezaba a decaer. Había que hacer algo, pero ¿qué? ¿CONOCÉIS LA CONGA ROBÓTICA? -preguntó Sandra-.

Y hete aquí que, después de todas las vicisitudes finalizamos el último día antes de las Navidades bailando una conga robótica (…recuérdeme Sandra que sea propuesta para un ascenso) y entregando las notas a los chavales. Así pues, este es el motivo por el que no puedo ilustrar este post con ninguna de las creaciones de aquel día, aunque he sabido por boca de alguna madre que los chavales reprodujeron luego en el ordenador de casa con éxito la felicitación navideña, lo cual  quiere decir que la experiencia resultó productiva.

Ilustraremos pues aqueste post con tres imágenes del Belén con que adornábase la entrada del Fuencisla.

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