Pues eso… Que se acabaron las vacaciones de Navidad y había que volver con las pilas bien cargadas para iniciar el segundo trimestre de nuestra clase de robótica.

Y la cosa empezaba fuertecilla porque el profe Juande tenía previsto desvelarnos en un par de clases los misterios que se esconden tras los engranajes.

Pues bien, descubrimos que esos extraños seres redondos plagados de dientes poseen la facultad  de multiplicar o dividir la velocidad del eje de entrada. Que, son tan huraños que, si se ponen en contacto dos de ellos, se empeñan en moverse en sentidos distintos. Pero, sin duda, lo que más nos gustó  fue la existencia de un engranaje que se empeña en mediar entre los otros dos para hacer que giren en el mismo sentido y, por ello, es apodado el ¡¡¡LOCOOOOOOOOOOOOOOO…!!!,

La parte teórica nos ocupó gran parte de la primera clase, aunque nos dió tiempo a hacer un par de montajes básicos con los engranajes, pero en la segunda clase ya estábamos tan familiarizados con esos extraños seres que liberamos nuestra imaginación e hicimos creaciones como la minituneladora que aparece en el video (accionada mediante manivela), que fue creada por el equipo formado por Adrián, Miguel Ángel y Hugo, y cuyo cabezal giratorio poseía tanta masa que permitió al profe introducirnos el concepto de INERCIA.

Como ya se comentaba en el post anterior, nuevamente Carmen y Rodrigo volvieron a tener el día creativo y como resultado nos presentaron a esos dos seres estrambóticos, mitad coche, mitad helicóptero, que sólo habitaban en su imaginación y que pueden verse en la foto adjunta.

¿No os recuerdan a aquella pareja de coches que en la primera película de «Cars» pasean extraviados por las calles de Radiador Springs buscando como volver a la autopista?

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