El pasado 18 de febrero de 2021, pudimos ver todos en directo como una nueva nave de la NASA, la Perseverance, aterrizaba espectacularmente en Marte.

Lo que quizás no sepa todo el mundo en España es que uno de los módulos más importantes de la nave, el MEDA, lo ha desarrollado una empresa española, de la que Roser Urqui y Víctor Apéstigue son parte importante.

Hemos tenido la oportunidad de hablar con ellos de la misión, de lo que les ha requerido, de lo que este éxito significa para ellos, para su empresa y para nuestra sociedad, y lo que podemos aprender de ellos, tanto nosotros como empresa dedicada a la formación tecnológica, como los niños que desean, algún día, hacer cosas tan expectaculares como Roser y Víctor.

A continuación, la entrevista íntegra para todos nuestros lectores.

Para empezar, queremos felicitaros por el éxito de la misión. Es una nueva gesta de la NASA, de todas las empresas internacionales que han colaborado con ella y, ciertamente, del ingenio humano puesto al servicio de uno de sus objetivos más nobles: la conquista del espacio y el avance del conocimiento del universo que nos rodea.

¿Nos podéis explicar de forma sencilla qué es el MEDA?

ROSER URQUI: MEDA es un programa integrado por diferentes instituciones españolas y extranjeras que consiste en la construcción y operación de un instrumento científico basado en una estación medioambiental que mide la velocidad y dirección del viento, la temperatura del aire, la temperatura del suelo, radiación infrarroja, radiación UV, la presión y la humedad. Además, le hace fotos al cielo para estudiar el polvo, como uno de los grandes desafíos de este desarrollo. Este instrumento va a bordo del rover Perseverance que aterrizó en Marte en febrero de 2021.

VÍCTOR APÉSTIGUE: Hola, muchas gracias por las felicitaciones, la verdad es que el proyecto MEDA y la misión M2020 está siendo un gran éxito desde todos los puntos de vista. MEDA es el instrumento científico concebido y desarrollado en España. Fue uno de los siete seleccionados, para “subirse” al rover Perseverance, de entre más de 50 solicitudes. Se trata de la estación meteorológica más avanzada puesta la superficie de Marte (después de REMS y TWINS). MEDA cuenta con diversos sensores que, de forma colaborativa, ofrecen gran parte de la información necesaria para entender la climatología de nuestro planeta vecino. Hay sensores de humedad y presión, sensores de temperatura del aire en distintas posiciones y alturas del rover, tenemos un sensor infrarrojo para obtener la temperatura del suelo y del cielo, unos complejos sensores de viento que nos dan información tanto de su velocidad como su dirección, y por último, un sensor dedicado al estudio del polvo en suspensión que es capaz de inferir tanto su concentración en la atmosfera, como las propiedades ópticas (tamaño y forma) así como detectar levantamientos de polvo como los impresionantes “dust devils”. Con todas estas medidas se pueden validar los modelos que gobiernan la climatología de Marte tanto a nivel global (todo el planeta) como local (el área cercana al rover), que nos sirven desde un punto científico para conocer mejor su comportamiento. Esto permite poder hacer analogías con la Tierra u otros planetas, y aumentar el conocimiento de la humanidad sobre nuestro Sistema Solar. También nos va a dar importantes claves de porqué Marte es como es en nuestros días: un gran desierto, con una atmósfera muy fina y a priori, sin vida, cuando hace miles de millones de años era un planeta con agua líquida corriendo por su superficie. Por último, y no menos importante, este tipo de estaciones serán claves para el futuro cercano, en la llegada del hombre al planeta rojo. Las medidas que se obtengan permitirán predecir los vientos y las posibles tormentas en el aterrizaje y estudiar el polvo, que es muy nocivo para la salud de los futuros astronautas y tendrá que ser tenido muy en cuenta en los trajes que se utilicen para explorar el planeta, así como en el filtrado del aire en los habitáculos donde se alojen.

 

 

¿En qué ha consistido vuestro trabajo en el proyecto que lo ha hecho posible?

ROSER URQUI: En las primeras fases del desarrollo del proyecto he tenido la responsabilidad de la gestión técnica del consorcio o lo que se llama el Project Management. Me encargo de que todas las instituciones hagan lo que tienen que hacer a tiempo básicamente, con todo lo que eso conlleva. También, una vez el instrumento en Marte, estoy involucrada en las operaciones de éste que hacemos a diario. Esto es un trabajo muy exigente ya que tenemos que adaptarnos a los horarios marcianos y del Jet Propulsion Laboratory, que es donde se centralizan las operaciones de toda la misión.

VÍCTOR APÉSTIGUE: Mi labor se ha sido la de Jefe de Proyecto e Ingeniero de Sistemas del instrumento que estudia el polvo, que recibe el nombre de Radiation and Dust Sensor o RDS. Se trata de un sensor de alrededor de 1kg de masa, 12x12x12 cm3 de volumen, que integra un radiómetro y una cámara que permiten estudiar el polvo en suspensión. Sin duda, las claves de este instrumento han sido los años previos de duro trabajo para tener preparada la tecnología que hemos utilizado, y, sobre todo, el gran grupo multidisciplinar que ha colaborado en su concepción y desarrollo que ha sido capaz de entregar un sensor calificado, calibrado y con un gran nivel tecnológico en los exigentes tiempos y niveles de calidad que solicitaba el proyecto. El instrumento ha sido completamente desarrollado en España, en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) por Área de Ingeniería de Sensores Espaciales, contando con la colaboración del Jet Propulsion Laboratory (JPL) que suministraron la cámara que integra. Actualmente colaboro también con el equipo científico de la misión, ayudando tanto en las operaciones del rover (que se realizan a diario por un gran equipo de personas) como en distintos estudios científicos de la climatología del planeta.

 

 

Después de varios meses funcionando sobre la superficie de Marte, en unas condiciones que suponemos que son durísimas, ¿cómo se está comportando el equipo? ¿Se están recogiendo los datos esperados?

ROSER URQUI: El equipo está funcionando muy bien, ya que operamos prácticamente todos los días sin casi interrupciones. La parte más difícil de las operaciones es cuando algún dato nos indica que algo no está funcionando bien. Solo podemos investigar lo que está ocurriendo basándonos en datos y pequeñas pruebas que se pueden hacer desde aquí. Claro, nadie se puede acercar a Marte a ver qué ha pasado…. Después de muchos análisis, se decide si el instrumento está listo para volver a operar sin riesgo, y entonces se puede seguir, pero para eso hay que superar muchas revisiones. Por ahora todo va bien y lo vamos superando todo.

VÍCTOR APÉSTIGUE: Después de más de 650 soles (o días marcianos) operando en el cráter Jezero, el funcionamiento del instrumento MEDA es óptimo. La estación recoge datos durante horas alternas, adquiriéndolos una vez por segundo. Esto permite tener una visión de todo el ciclo diurno atmosférico midiendo la presión, humedad, temperatura, dinámica de los vientos y opacidad atmosférica, así como puede detectar eventos puntuales como Dust Devils, levantamiento de polvo y el paso de nubes. Los científicos, encargados de analizar los datos, están entusiasmados validando sus modelos y predicciones, y también como no, encontrando sorpresas que seguro serán parte de importantes descubrimientos futuros.

 

 

¿Cuántos años de desarrollo y cuántas personas de vuestra empresa son necesarias para completar un proyecto como este?

ROSER URQUI: La propuesta la preparamos en diciembre de 2013, nos aceptaron en julio de 2014 y aterrizó en febrero de 2021, así que son muchos años de mucho trabajo de muchas personas. Cada pequeño elemento del instrumento pasa por infinidad de procesos desde su diseño hasta que es implementado. Luego nos aseguramos de que vaya a sobrevivir las condiciones tan difíciles del lanzamiento, aterrizaje y las temperaturas marcianas.  Cada pasito lo hace una institución o una persona distinta. Sería imposible cuantificar el número de personas implicadas, pero son cientos.

VÍCTOR APÉSTIGUE: En desarrollos para espacio es difícil evaluar esta pregunta ya que, generalmente, un desarrollo se basa en desarrollos anteriores. Este es el concepto de “herencia”, o “heritage” en inglés, que representa cuanto de fiable puede ser un desarrollo nuevo basándose en gran parte en tecnología que ya haya sido probada en el espacio previamente. De esta forma, aunque el desarrollo del MEDA ha sido de 6 años, no habría sido posible sin las décadas anteriores de investigación donde hemos obtenido los métodos y tecnologías necesarios para desarrollar un instrumento tan complejo en tan poco tiempo. En cuanto al número de personas, la cifra es muy elevada. MEDA ha sido desarrollado por un gran consorcio de centros de investigación y empresas donde se calcula que habrán trabajado de manera directa más de 500 personas.

 

 

Entendemos que estos equipos de trabajo requieren de una mezcla multidisciplinar de profesionales de muchos ámbitos. ¿Podéis decirnos qué clase de cualificaciones técnicas son necesarias para formar parte de un equipo como este?

ROSER URQUI: Hay perfiles muy específicos de electrónica, mecánica, software…realizan una parte concreta del proyecto, y es fundamental que estén muy especializados. También hay perfiles mucho más multidisciplinares que son lo que se llaman los ingenieros de sistemas. Este tipo de perfil abunda en estos proyectos, ya que queda subsistema tiene que tener una persona que sepa gestionar todos los elementos como un todo y que se asegure que todo se hace como se debe hacer. Es un perfil de persona más de “gestión” aunque tiene que tener un conocimiento técnico considerable. Por supuesto, son proyectos tan grandes con tanto trabajo por hacer, que al final todos hacemos un poco de todo. Eso es inevitable.

VÍCTOR APÉSTIGUE: La concepción de los instrumentos de manera general es liderada por un equipo científico que trata de encontrar respuestas para un enigma de alguna rama de la ciencia. Estos científicos pueden ser físicos, químicos, biólogos, ingenieros, etc. Una vez concebido, se generan los requisitos científicos y técnicos que debe tener el instrumento para lograr sus objetivos, y aquí es donde aparece la ingeniería en todos sus ámbitos. Para desarrollar un instrumento necesitaremos ingenieros mecánicos para el diseño y cálculo estructural de nuestro sistema; ingenieros térmicos que serán los que analicen los peores casos ambientales que se encontrará nuestro sistema durante la misión y propondrán soluciones para mitigarlos; ingenieros electrónicos que desarrollen la electrónica de control de nuestros sensores; ingenieros de software que programarán la operación del sistema; ingenieros de integración y pruebas que son los encargados de “montar” el instrumento y someterlo a todo tipo de pruebas para verificar que soportará los casos más exigentes de temperaturas, fuerzas durante el lanzamiento, etc. Tendremos también ingenieros que se encarguen de la calibración del instrumento final, así como ingenieros de limpieza y protección planetaria, que se ocuparan de que nuestros instrumentos no tengan contaminantes que degraden sus prestaciones o bacterias que puedan ser enviadas en forma de esporas al planeta a estudiar. Tendremos además a los ingenieros de sistemas, aquellos que tienen la visión global y que se apoyan en todos los anteriores para asegurar que los sistemas espaciales cumplan los requisitos, es decir, que valgan para lo que los científicos necesitaban medir. Por último, tendremos la figura del jefe de proyecto, que será la persona encargada de vigilar el proyecto y ayudar a todo el equipo en que el instrumento sea entregado en plazo, coste, y con los niveles de calidad y fiabilidad exigidos. Como veis, en el espacio caben todas las disciplinas posibles dentro de la técnica y se necesita de profesionales muy formados.

 

 

¿Qué significa para vosotros, para vuestra empresa y para la ingeniería española este éxito tan llamativo y tan sonado?

ROSER URQUI: Me parece que para España es un éxito colocar un instrumento en Marte, pero creo que algunos se colocan la medalla y se olvidan de que para hacer esto se necesitan recursos y que sin recursos el recorrido es corto, por mucho que aprendamos a construir este tipo de instrumentación tan compleja.

VÍCTOR APÉSTIGUE: Creo que un logro de estas características es algo importante para el país. Posiciona a nuestros centros de investigación y empresas en un lugar privilegiado dentro de la exploración espacial y esto, a medio plazo, es asegurar su presencia en misiones futuras. Estoy seguro de que también permitirá desarrollar estrategias a largo plazo que diversifiquen y fortalezcan al sector en las próximas décadas (a ver qué pasa con esa futura Agencia Espacial Española). Desde un punto de vista más personal, ha sido cumplir un sueño. Además, Marte nos iba ganando 2-0 ya que habíamos participado en dos misiones anteriores que no llegaron a materializarse. La primera MetNet, en la misión Phobos Grunt, que no fue capaz de salir de la órbita terrestre en 2012. La segunda, en la sonda Schiaparelli de ExoMars 2016 que se estrelló en la superficie de Marte en 2016 dejándonos con la miel en los labios. La llegada de MEDA al planeta ha sido el comienzo de nuestra remontada, ya que nuestro departamento cuenta con 3 instrumentos más en la misión ExoMars 2022 si es que finalmente es lanzada.

 

 

Sabéis que somos una empresa que ofrece educación y formación tecnológica a los más pequeños. ¿Cómo creéis que el sistema educativo español puede fomentar carreras que impulsen a nuestro sector tecnológico y que éste sea una parte importante del futuro que nos espera?

ROSER URQUI: Creo que se deberían dar oportunidades de brillar a los niños que tienen estas inquietudes. Las clases magistrales o visitas de personas del sector deberían ser regulares en los institutos. Los niños necesitan inspiración, y después de la inspiración, necesitan oportunidades para que no se les olvide aquello que les inspiró.

VÍCTOR APÉSTIGUE: En mi opinión faltan asignaturas donde se trabaje la creatividad y espontaneidad en los alumnos. No creo que sea sólo un tema para las carreras técnicas, sino para las humanidades también. Hace falta tanto en primaria como en secundaría asignaturas basadas en proyectos que permitan a los alumnos desarrollarse, buscar qué cosas los emocionan, encontrar a qué quieren dedicarse en un futuro. Plantear asignaturas que propongan trabajo colaborativo, con implicaciones sociales, lo suficientemente multidisciplinares para que puedan descubrir que les hace vibrar.

Rockbotic en la medida de lo posible intenta impulsar las vocaciones tecnológicas en los niños y las niñas. En nuestra experiencia estos últimos 8 años dando clases, según avanzan las etapas de Primaria y cuando llegan a Secundaria, a las niñas las vamos perdiendo. ¿Qué pensáis que debemos cambiar o cómo podemos ayudar a que las niñas se apasionen por estas profesiones y podamos cubrir ese déficit que tenemos de profesionales en el sector?

ROSER URQUI: Es difícil generar pasión en una persona cuando el tema no le interesa. Pero no todo el mundo tiene claro lo que quiere en primaria o secundaria. Fomentando el trabajo en equipo las niñas pueden descubrir que tienen cualidades necesarias, útiles y satisfactorias para el campo de la ciencia y la tecnología y aunque no se sientan atraídas por el tema, pueden encontrar así una motivación que les haga cambiar de opinión.

VÍCTOR APÉSTIGUE: Desde el desconocimiento a vuestros programas a fondo, creo que lo mismo las niñas necesitan un acercamiento a la tecnología con aplicaciones diferentes a las clásicas, que en muchos aspectos pueden ser más atractivas al estudiante masculino por lo dicho anteriormente. Me explico, aplicaciones como comunicaciones para unos sensores en un coche que monitoricen su funcionamiento y mejoren sus prestaciones, me parece algo formidable; pero por qué no sensores para monitorización en un centro de recuperación de animales… La misma tecnología se puede desarrollar para solucionar problemas puntuales o problemas que afectan de lleno a la sociedad. Lo mismo este tipo de propuestas les llegaría a interesar más a ellas y les motivarían a cambiar el mundo, que es algo que sin duda se puede hacer con la ciencia y la tecnología.

Y, por último, ¿podéis dedicar unas palabras para nuestros pequeños aspirantes a ingenier@s, científic@s o astronautas? Seguro que les gusta oírlas de alguien que ha llegado a ser algo a lo que muchos aspiran.

ROSER URQUI: Me gustaría decirles que intenten experimentar todo lo que puedan durante su infancia y juventud para encontrar lo que verdaderamente les gusta. Todas esas experiencias les ayudarán a decidir bien a lo que van a dedicar su futuro, y que no se preocupen de fracasar ya que de los fracasos es de lo que más se aprende. Todo lo que puedan aprender jugando siendo niños y adolescentes va a ser muy útil en su toma de decisiones cuando sean adultos.

VÍCTOR APÉSTIGUE: Si os pica el gusanillo de la ciencia y la tecnología es muy seguro que vayáis a emprender un viaje apasionante hacia el futuro. Trabajaréis en las cosas más punteras del momento y seréis capaces de asistir o participar incluso de los mayores descubrimientos. Vuestra generación ha de ser definitiva en conseguir el equilibrio entre la raza humana y el planeta Tierra y eso, seguro, va a depender de cómo seamos capaces de avanzar tecnológicamente. Por eso, os animo a que persigáis vuestros sueños y ayudéis a continuar con el progreso de la humanidad y que pongáis todo vuestro esfuerzo en conseguirlo. Con estos ingredientes junto con un poco de suerte, harán que alcancéis vuestras metas y de paso, cambiéis el mundo. Como decía A. Einstein: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.” Ahh, para l@s futur@s astronautas: dicen que la primera persona que pisará la superficie del planeta Marte ya ha nacido, ¿podrías ser tú?

¿Os gustaría añadir algo más?

ROSER URQUI: Este trabajo es muy exigente y un proyecto de este tipo puede durar muchos años, pero merece la pena esforzarse y prepararse para ello.

VÍCTOR APÉSTIGUE: Solo añadir que para mí es un honor contribuir en iniciativas como la vuestra, que buscan promulgar el conocimiento en una época donde se ensalza todo lo contrario. ¡Muchas gracias!

Muchas gracias, Roser y Víctor, por vuestro tiempo. Esperamos y deseamos que todo vaya muy bien con la Perseverance y el Meda y que sigáis siendo una parte importante de estas misiones en el futuro.

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