Durante este mes, los alumnos de robótica de primero y segundo de primaria del CEIP Plácido Domingo han aprendido a programar con Scratch haciendo uso de los bloques «al presionar la tecla»; algo que aún no habíamos trabajado puesto que primero nos dedicamos al aprendizaje más básico de esta herramienta (seleccionar, pintar y modificar escenarios y personajes, programar pulsando la bandera, etc.)
Comenzamos con ello al realizar un proyecto para Halloween donde debíamos dirigir nosotros mismos al personaje elegido, y más tarde reforzamos lo aprendido programando un personaje que iba dibujando al mismo tiempo que le movíamos, cambiando los colores según el movimiento que ejecutaba.
Pero en robótica, ¡no todo es programar!, a estos niños y niñas les encanta construir (parte fundamental en la materia que trabajamos). Por eso, les encanta trabajar con los Kit de Lego.
Una vez vimos las piezas que componen estos Kits, les dejamos que construyeran libremente, no les pedimos nada más, ¡construir! E hicieron creaciones sorprendentes.
Pero después de la creación libre, siempre toca seguir aprendiendo sobre nuevas construcciones; es el caso de la construcción con ejes y la de palancas.
Con la primera, todo eran prisas por dejarles construir, no querían otra cosa; en cambio, en la sesión de palancas, primero, expliqué a nuestros alumnos qué es una palanca y cual es su función. Rápidamente lo comprendieron y les di pie a que pensasen en palancas que teníamos cerca. Me sorprendió mucho verles tan motivados y centrados en algo que puede ser muy teórico para ellos.
Tras sus propias explicaciones, exposición de ejemplos y ganas de seguir aprendiendo, propuse que dos de los grupos intentasen construir una palanca sin más guía que unas piezas seleccionadas. Cuando terminé con ellos, los otros dos grupos andaban un poco perdidos, uno más que otro. Ellos lo intentaban y le daban vueltas a las posibles construcciones, pero la palanca no se movía, sobraban piezas, o incluso les faltaban. Entonces pregunté «- ¿Qué necesitáis?» «- Que alguien nos ayude». Eso es, generalmente acostumbramos a ayudar a los niños haciéndoles lo que ellos no saben, cuando lo que necesitan es una guía, no que se lo hagamos. Por ello, cada grupo que había construido una palanca con mi ayuda, se fue a ayudar a uno de los grupos que sólo tenían las piezas. De este modo, conseguimos tres objetivos fundamentales: que los niños aprendan a ayudar y ser ayudados, que los que ya hicieron la palanca tengan que recordar los pasos (y por tanto refuerzan su aprendizaje) y que haya un aprendizaje entre iguales.
Durante el mes de diciembre, nos pondremos manos a la obra con el proyecto de navidad, un proyecto de gran trabajo; pero también pondremos en marcha por primera vez el motor del kit, algo que esperan emocionados.
¡Ya os mostraré sus trabajos!