Y a primeros de diciembre llegó al Fuencisla una de las clases que más disfrutan los chavales: la de los dispositivos electrónicos, y con ella la cara de emoción de los niños cuando descubrieron que el motor…¡¡¡giraba!!!.

En seguida, todos elevaron la potencia de aquel a 100.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000…(n veces 000)… pero afortunadamente no hubo que lamentar desgracias personales. Gracias a Dios hasta el segundo trimestre no aprenderán a multiplicar la velocidad de entrada del motor hasta 9 veces mediante los engranajes.

Estuvimos varios días practicando con todos los dispositivos, familiarizándonos con los sensores de distancia y el de inclinación. Gustó mucho el montaje que hicimos con éste último de un mando que, moviéndolo como sifuera el de la Wii, daba vida a nuestros personajes de scratch. También les gustó una transformación que hicimos de gato a vampiro y de bucólico paisaje campestre a tenebroso bosque mediante el sensor de distancia.

Al final, como puede verse en el video adjunto, a algunos de ellos les dió tiempo de innovar con creaciones como el ventilador rodante de bajas revoluciones, ralentizado gracias al uso del tornillo sin fin con un engranaje, con accionamiento manual mediante sensor de distancia.

Fueron dos o tres días entretenidos e interesantes para estos chicos, ávidos de conocimientos y experiencias robóticas.

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